TDAH y Altas Capacidades en niños

Altas capacidades y TDAH en niños

Un niño que aprende rápido, se aburre fácil, interrumpe sin darse cuenta y parece vivir en su mundo. ¿Genio o despistado? ¿Brillante o incontrolable?

Muchas veces, ni una cosa ni la otra. Puede que estemos ante un caso de altas capacidades con TDAH.

Porque sí, la inteligencia extraordinaria y el déficit de atención pueden convivir en el mismo cerebro. Y cuando lo hacen, la cosa se complica.

No es solo un niño inquieto

Los niños con altas capacidades suelen ser curiosos, intensos, creativos. Se cuestionan todo. Y todo es todo. Desde por qué el cielo es azul hasta si el infinito realmente es infinito.

Pero algunos también tienen algo más: una energía imparable, dificultades para concentrarse en lo que no les interesa y una impulsividad que les mete en líos sin querer.

Es entonces cuando llegan las etiquetas.

“Es un genio, pero es muy vago.”
“No se esfuerza lo suficiente.”
“Si quisiera, sacaría todo sobresaliente.”
“Parece que lo hace a propósito.”

Pero la realidad es más compleja. No es falta de ganas ni de disciplina. Es un cerebro que funciona a otra velocidad, que salta de un tema a otro sin frenos y que se frustra cuando no encuentra el estímulo que necesita.

¿TDAH o altas capacidades?

Distinguir entre ambas cosas no es fácil. A veces se confunden. A veces se solapan.

Un niño con altas capacidades puede parecer distraído porque su mente está resolviendo problemas que nadie ha planteado. Un niño con TDAH puede perder el hilo porque, simplemente, su cerebro no consigue centrarse en una sola cosa.

Los dos pueden hablar sin parar, saltar de un tema a otro, aburrirse con facilidad y tener problemas para seguir normas.

Diferencias entre TDAH y Altas Capacidades

El niño con TDAH pierde el foco sin darse cuenta. Lo intenta, pero su atención se escapa. En cambio, el niño con altas capacidades desconecta cuando la información no le interesa. No porque no pueda prestarle atención, sino porque no le motiva.

También está la forma en la que piensan.

El niño con TDAH reacciona rápido, a veces sin filtrar. El niño con altas capacidades procesa en profundidad, le da mil vueltas a todo.

Pero cuando ambas cosas se mezclan, el resultado es un cóctel explosivo: una mente brillante atrapada en un sistema que le pide que encaje en estructuras rígidas.

Cómo saber si un niño tiene ambas

Hay señales que pueden dar pistas.

Por ejemplo, puede aprender cosas complejas con facilidad, pero olvidarse de lo más básico. Puede saber el ciclo de vida de una estrella, pero no recordar dónde ha dejado la mochila.

También es común que se obsesione con algunos temas y no muestre ningún interés por otros. Puede devorar libros sobre dinosaurios, historia medieval o física cuántica, pero ser incapaz de hacer los deberes de matemáticas sin protestar.

Y luego está el tema social.

Algunos son increíblemente maduros en ciertos aspectos y completamente inmaduros en otros. Pueden hablar con adultos como si fueran pequeños filósofos, pero enfadarse como un niño de tres años cuando algo no sale como esperan.

Cómo ayudar a un niño con altas capacidades y TDAH

No vale un enfoque estándar. Ni castigos, ni reprimendas, ni el típico “tienes que esforzarte más”. Porque el problema no es la falta de esfuerzo, sino la falta de un entorno que entienda cómo funciona su cerebro.

Primero, hay que aceptar que no van a encajar en el molde tradicional. No son niños que se van a sentar tranquilos a escuchar durante horas. No les funciona la repetición, ni el aprendizaje mecánico. Necesitan retos, necesitan movimiento, necesitan espacio para pensar.

También necesitan herramientas para organizarse. No basta con decirles “ponte a estudiar”. Hay que enseñarles cómo hacerlo, porque muchos no tienen ni idea de por dónde empezar.

Y sobre todo, necesitan sentirse comprendidos.

Porque si se les etiqueta de “problemáticos”, si se les exige que encajen en una estructura que les asfixia, lo único que se consigue es frustración. Y la frustración lleva a la desmotivación. Y la desmotivación a una autoestima por los suelos.

El objetivo no es que sean “niños normales”. Es ayudarles a entenderse, a aprovechar su potencial sin sentirse constantemente en guerra con ellos mismos.

Porque cuando un niño con altas capacidades y TDAH recibe el apoyo adecuado, puede llegar más lejos de lo que nadie imagina.

En MFB Psicología te podemos ayudar a evaluar las altas capacidades en niños de Burgos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *